Retos del Sistema de Pensiones Peruano (Parte II)

¿Cuáles son retos que enfrenta el Sistema de Pensiones en el Perú?

Como se sabe, pese a las reformas realizadas, siendo la más reciente la del 2012 con la introducción de un cambio de las comisiones (introducción de la comisión por saldo), en el presente año 2016, la liberación de los fondos de AFP hasta por 95.5% y el retiro del 25% para la compra de primera vivienda, la población aún desconfía de los beneficios del sistema. Asimismo, se destaca las propuestas realizadas en Chile recientemente contra su sistema privado de pensiones, país del cual el modelo fue tomado; asimismo, la alta informalidad en nuestra economía reflejada también en bajos niveles de bancarización, evidencian lo lejos que estamos de lidiar con el potencial desequilibrio fiscal debido a una gran masa de adultos mayores en situación de pobreza.

En ese sentido sistema de pensiones peruano requiere políticas de estado para ampliar la cobertura poblacional lidiando contra el sector informal. Por otro lado, el Perú es uno de los países con el mayor costo por comisión, por lo tanto es necesario reformas que permitan reducir el costo del sistema privado de pensiones y las ganancias de las AFPs mediante un incremento de la competencia. Ante este escenario en el 2012 se introdujo una medida para introducir a los nuevos trabadores al sistema de pensiones con la comisión más baja, para ello el Estado realizó una subasta sobre la comisión neta entre las AFPs. No obstante, las comisiones aún siguen siendo altas mientras que la rentabilidad y las pensiones no mejoran.

En el Perú existen tres grandes grupos que no se encuentran en el sistema de pensiones. El primero, aquellos trabajadores independientes que no están obligados a aportar al fondo de pensiones y si lo hacen es por libre elección. Dentro de este grupo podemos encontrar dos subgrupos más, los trabajadores independientes formales y los trabajadores independientes informales. Los trabajadores independientes formales en muchos de los casos no se afilian al sistema de pensiones por falta de información y desconfianza. Los trabajadores independientes informales no sólo no se afilian a un fondo de pensión por desconocimiento de los beneficios de ahorrar para la vejez sino por desconfianza ante el estado y/o las administradoras de fondos de pensiones. Por otro lado, lado hay que tomar en cuenta que para un trabajador informal afiliarse a un sistema formal puede no ser atractivo porque de alguna forma se hace conocer ante el estado y con ello implica que el trabajador se vea obligado a registrarse formalmente, en muchos casos con mayores restricciones que beneficios dado que el sistema formal puede que no se adapte a sus necesidades y condiciones.

Otro gran grupo son las personas que trabajan para una empresa informal, aquella que no se encuentra registrada y en consecuencia no está obligada a pagar impuestos ni cumplir con otras obligaciones como aportar al fondo de pensiones o seguros de salud para sus trabajadores. En este grupo se encuentran los trabajadores racionales que sí desean aportar fondos para su vejez pero que la empresa informal no le puede dar ese beneficio. También se encuentran los trabajadores desconfiados y con falta de información que prefieren no acceder al sistema de pensiones. En el último grupo se encuentran aquellos que pertenecen a la población económicamente activa pero que no cuentan con trabajo o trabajo estable.

PENSIONES

Hay que tener en cuenta que muchos de los trabajadores independientes, en su mayoría informales, y trabajadores de una empresa formal no pueden acceder al sistema de pensiones porque su sueldo sólo alcanza para cubrir sus necesidades básicas como alimento, servicios de agua y electricidad, educación y vestido. Ante ello, por más que este grupo de la población tenga conciencia de la importancia del ahorro para su vejez, no podrán aportar a un fondo de pensiones. Un ejemplo lo podemos ver en un trabajador comercial o ambulante, quien sólo trabaja para el día a día y en consecuencia sus ingresos no le alcanzan para ahorrar para su vejez. La solución para estos casos podría ser crear una plataforma que le permita a este trabajador informal ahorrar con menor frecuencia a un mes, y en menores montos. Por ejemplo, veamos el caso de los créditos otorgados por algunas entidades financieras a trabajadores independientes, supongamos para este caso un vendedor de abarrotes en el mercado. Estas entidades financieras han creado productos de tal forma que se adapte a las necesidades de sus clientes. Para este caso, la entidad financiera trabaja con una plataforma que le permite al vendedor de abarrotes amortizar su deuda con frecuencia semanal o quincenal. Utilizando la misma lógica, podría crearse una plataforma que le permita al afiliado realizar sus aportes a un fondo de pensiones con menor frecuencia y en montos más pequeños a los cuales sí podría acceder. No obstante esta medida aplicaría sólo para aquellos que voluntariamente quieren ahorrar para su vejez, los cuales hemos conseguido con la difusión de información de la importancia de ahorrar para la vejez y que el sistema de fondo de pensiones se encuentra regulado y supervisado. Por otro lado esta medida probablemente tengan un alto costo operativo, pero la idea no es recargarle al afiliado mayores comisiones sino tener en cuenta que con un mayor número de afiliados se pueden cubrir estos costos.

Recomendaciones:

Tuesta (2016), menciona que uno de los incentivos para solucionar el problema de la informalidad podría ser incorporar esquemas de matching contributions. Bajo este esquema, si el trabajador informal decide aportar al fondo de pensiones, el Estado puede llegar a contribuir entre el 10% y 15% adicional a la contribución. Este esquema podría aplicarse en el sistema de pensiones peruano pero tomando medidas que no incentive la informalidad por parte de quienes consideren obtener mayores beneficios siendo informales. Asimismo, se puede incentivar la formalidad con mayores beneficios para este grupo de trabajadores luego de un periodo de mantenerse bajo este esquema.

Otra de las alternativas que menciona Tuesta es de aumentar las tarifas de servicios de celular, electricidad u otros, con la opción de que se pueda renunciar, en un 3% a 5% con el objetivo de que este incremento se traslade automáticamente al ahorro de una cuenta individual. Esta alternativa habría que analizarlo a mayor detalle dado que aplicaría con mayor rapidez para quienes acceden por primera vez a dichos servicios, a menos que se imponga el incremento en forma obligatoria para todos siendo los relativamente perjudicados los que ya pertenecen al sistema de pensiones.

Meza-Lago (2016), menciona la importancia de conocer los diversos puntos de vista de la población sobre los aspectos clave de la reforma. Dentro de reformas sistémicas y administrativas señala unificar el sistema nacional SNP con el sistema privado SPP. La primera alternativa, cerrar completamente y la otra una clausura del SNP solo para nuevos afiliados (menos costosa). Recomienda además fomentar la competencia, dado que 1% a lo largo de la vida reduce la acumulación en la cuenta individual en 20% y en el Perú resulta ser 30%, por lo tanto excesivo. Por otro lado la búsqueda de eficiencias debe darse por la reducción de costos de operación, citando la reducción de los costos de publicidad. Otra alternativa es la creación de una “AFP pública” tomando como modelo de administración pública el BCRP. Por otra parte las AFP en el Perú no se han involucrado con la educación de sus afiliados. Por otro lado se sugiere la idea de tener a un representante de los afiliados en el Comité de Inversiones de AFP.

A la luz de los problemas antes señalados y el recuento de algunas recomendaciones por parte de especialista en el sector. Este tema aún seguirá siendo recurrente en las publicaciones del blog.

Referencias citadas:

Tuesta, D. Pensiones atadas para reducir la vulnerabilidad de los informales en la vejez. Semana Económica. (Perú), p. 64.

Meza Lago, Sugerencias para la re-reforma de pensiones en el Perú. Centro de Investigación de la UP.

Retos del Sistema de Pensiones Peruano (Parte I)

El objetivo de los sistemas pensionarios, desde el punto de vista de políticas públicas, es la reducción de la pobreza en la vejez y el mejoramiento de su bienestar. En este sentido, en los últimos años estos sistemas han venido siendo reformados para mejorar las pensiones, reduciendo las comisiones y primas, incrementando la eficiencia y aumentando el depósito en la cuenta individual. La primera tendencia fue la reducción de la participación del gobierno dado el potencial desequilibrio fiscal. No obstante, la aun intervención del estado en la seguridad social se debe al ahorro inadecuado por parte de la población, asimetrías de información y los bajos niveles de aporte que no le aseguran una pensión mínima viable al afiliado en el sistema privado.

En el Perú, 24 años han pasado desde la reforma estructural de pensiones, en el cual se creó el Sistema Privado de Pensiones para que funcione paralelamente con el Sistema Nacional de Pensiones, aún no se han cumplido los objetivos de ampliar la cobertura poblacional, pagar pensiones adecuadas, reducir el costo administrativo a través de la competencia, entre otros.

Esquema actual de pensiones multipilar

En la actualidad el Sistema de Fondo de Pensiones en el Perú tiene cuatro pilares:

Pilar 0: Pensión 65 consiste en otorgar una subvención económica de 125 soles mensuales a las personas mayores a 65 años que viven en hogares clasificados como pobres extremos y que no estén afiliados a EsSalud y/o pertenecen a algún tipo de programa social, a excepción del Sistema Integral de Salud (SIS), el Programa de Alfabetización y Programas de Asistencia Alimentaria. Este enfoque busca que las personas mayores a 65 años accedan a una seguridad económica y servicios de salud que contribuyan a mejorar su bienestar.

Pilar 1: Relacionado con las contribuciones de los afiliados al Sistema Nacional de Pensiones, el cual otorga una pensión mínima a los 65 años de edad planes-de-pensiones-privado1cuando se han acumulado 20 años de aportes. Este enfoque se conoce como el sistema de reparto, el cual consiste básicamente en que los contribuyentes aportan a un fondo común que financia la pensión mínima de los pensionistas. Es decir, en este sistema con el salario de los trabajadores vigentes se financia las pensiones de quienes ya no trabajan.

Pilar 2: El pilar de capitalización obligatoria está relacionado con el Sistema Privado de Pensiones o régimen de ahorro individual en el cual los afiliados aportan a una cuenta de capitalización individual gestionada por una Administradora de Fondo de Pensiones (AFP). En este sistema cada pensionista accede a una pensión basada en los aportes realizados y la rentabilidad generada de sus propios aportes. Dado que las pensiones dependen del tamaño del fondo acumulado, los individuos de salarios altos preferirán aportar al Sistema Privado de Pensiones, mientras que los individuos con salarios más bajos optarán por el Sistema Nacional de Pensiones. Cabe mencionar que las AFPs están supervisadas y reguladas por la Superintendencia de Baca, Seguros y AFP (SBS).

Pilar 3: Bajo este esquema, si bien el trabajador independiente no está obligado a aportar a un fondo de pensiones, puede realizar aportes voluntarios en convenio con la AFP. En el 2012, una disposición legal ordenaba la cobertura gradual de los trabajadores independientes, no obstante esta fue derogada debido a que el diseño de esta estrategia no cumplía con las expectativas de diversos grupos de independientes.

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